viernes, 25 de diciembre de 2009

REMEMBRANZAS

En el eco del silencio
deseo escribir,
la gracia de mil errores
que no puedo remediar,
y en la aurora las lisonjas
del sonido que fui,
portador de la zozobra
que no pude maniobrar;
por los criterios de mi tiempo
no supe a donde ir…

Falencias convertidas
en bocetos de aflicción,
escaques enredados
en un juego sin razón;
contemplo la indigencia
de un vano resplandor
que me atormenta en el ocaso
de una vida que perdí,
cuando jugaba al cubilete
con los dados de la creación…

La inanición de mis acciones
arrastraron el candor,
de la desvelada inocencia
que en dolor se convirtió,
desvaríos y nostalgias
¡simple desolación!;
palabras degolladas
en tertulias de contrición,
sin que entiendan mis arrugas
el sendero que elegí…
Refugio inalcanzable…
en las llamas de la perdición,
tormento confundido
con la gracia del perdón,
satíricas historias
que atraen el clamor,
de masas perdidas
en la mitificación
de razonamientos soterrados
sin consolación…

Determinismo

Si hoy día la Luna supiera
que de amor entristecido me encuentro;
desde hace muchos meses…
ya diciembres
porque mi voz eco ya no tiene.

Si hoy día la Estrella Polar supiera
que su resplandor ya no me toca
y que espero con ansias locas,
que sea nuevamente primavera
para tener la dicha de quien me quiera.

Si hoy día la negra noche supiera
que su oscuridad ya no es tan solo penumbra,
porque su mar de tormentos construidos
por amores no vividos…
ahora son ríos que estuvieron perdidos.

Si hoy día los astros supieran
que siempre he estado ausente
como aquella estatua inerte;
lucharían para que ella de mi no riera
y de alguna manera tal vez me viera

Y si hoy día yo supiera
que ella por amor también me sufre,
cambiaría a mi manera
la desesperanza de mi amargura
por una vida cargada de ternura.

PAIDERGO

Van caminando sin su estrella
los que no comen en la mesa,
ante la indiferencia del apóstata
que los apresura a toda hora.

Con un cincel y una guadaña
van labrando su destino,
en canteras polvorientas
del sepulcro de su sueño.

Con las piedras entre sus dedos
van perdiendo la inocencia,
ante el gastado alimento
que no sacia su tormento.

Ya no tienen resistencia
las horas que matan la complacencia,
de las manos que buscan un juguete
en las arenas del desierto.

¡Rostro ajado por el tiempo!
del envejecido niño andino,
trasluces en la mirada
las ganas de estar de nuevo vivo.

Piedra apuntalada por el llanto,
entre penurias sin aliento...
atestiguas la fortaleza
del niño trabajador por su grandeza.

SOLSTICIO













Estoy mirando a solas
las escenas de mi vida;
transitada por pesares
de tanto no poder llorar.

Que triste está este sitio
sin estar mirándonos a solas,
compartiendo en la pobreza
el brillar del nuevo sol.

Caminando sin zapatos,
ahora me esperas y me lloras,
en una estancia transitada
por la penumbra del silencio.

Aunque lindo hubiera sido
continuar los dos descalzos
caminado entre las brisas
con mis escritos que a diario
son parte de ti.

En la nostalgia de tu aroma
me siento esclavizado
atrapado sin cadenas,
en el recuerdo que a diario
atormenta mi sentir